La semana pasada, en la columna que ya es semanal…, comentaba respecto del valor de las ideas y terminaba mencionando que existen técnicas para la generación de ideas. 

¿Pero qué hacemos con la lista de ideas? 

Recordemos algo importante: estas ideas son a partir de un problema estudiado y que ha generado el JTBD (ver columna “Propósito, la tarea por hacer” en linkhttps://www.linkedin.com/pulse/innovaci%C3%B3n-prop%C3%B3sito-la-tarea-por-hacer-ricardo-loyola-moraga-/). 

Pensemos que tenemos gran cantidad de ideas y, si el proceso fue bueno, habrán ideas locas, raras, complejas y otras más comunes.

Si se dan cuenta, las ideas en general tienen un foco o dimensión, pero probablemente cada persona la interpreta de una forma más integral, conceptualizando esa idea con múltiples focos o dimensiones, robusteciendo así la idea como tal. Esto podría llamarse conceptualización individual.

Sin embargo, como la innovación es un proceso participativo y se desarrolla de forma colectiva, se deben generar conceptos de solución que integren las diferentes dimensiones que correspondan. Para esto, las ideas generadas pueden ser agrupadas según sus ámbitos de acción y desde ahí conceptualizar la solución con las dimensiones que correspondan (metodología de Carlos Osorio). 

Con esto, el concepto de solución puede ser transmitido a través de prototipos y así testado con los clientes.

Ricardo Loyola