El otro día, conversando con algunos ejecutivos, surgió en la conversación si el “proyecto de las 40 hrs.” requiere innovar o no, ante lo cual ahondamos en diferentes puntos de vista, pero que gatilló en la motivación para escribir esta columna de opinión.

Como primera aproximación, cualquier situación o cambio es una buena oportunidad para innovar. De hecho, en innovación los problemas, dolores o necesidades son la base para analizarlos y transformarlos en desafíos que puedan ser inductores de buscar soluciones que aporten un valor nuevo y significativo.

¿Pero qué hace que las organizaciones no estén innovando a partir de los múltiples cambios del entorno (interno o externo) a los cuales se ven enfrentadas?

Ahí es donde me acordé de las siguientes frases que he escuchado de ejecutivos o dueños de negocios que no quieren innovar porque:

  • No están buscando nuevos modelos de negocios
  • No quieren implementar nuevas tecnologías
  • No buscan generar nuevos productos o servicios
  • Entre otras.

Pero lo que sí es común, es que están buscando vender más, crecer, incorporar eficiencia en la forma de producir, mejorar su productividad, tener mejor reputación, en fin, los desafíos habituales que tienen las organizaciones. ¿Entonces por qué no buscan innovar en estos espacios? Mi explicación es porque muchas veces se piensa que la innovación sólo puede estar orientada a nuevos productos o servicios que se internacionalicen y vendan millones de dólares, lo cual es una mirada muy acotada, ya que innovar es posible donde haya dolores, problemas, necesidades o desafíos que abordar.

Con esta mirada, el proyecto que reduce de 45 a 40 hrs. semanales la jornada laboral en Chile, aprobado hace más de un mes, es un hecho y que desafía a muchas organizaciones a buscar qué acciones deberán realizar en sus negocios. Entonces, ¿qué debieran hacer las organizaciones para abordar este nuevo escenario? 

Y la respuesta es bien simple: deben incorporarlo dentro del análisis estratégico, identificando cómo este proyecto impacta en su gestión y desde ahí analizar alternativas para incorporar dentro de la estrategia corporativa. Aquí innovar toma sentido, ya que las metodologías de innovación promueven el desarrollo de soluciones mediante el aprendizaje, tanto en el entendimiento del problema como en el desarrollo gradual de la solución, es decir, iterando el testeo de prototipos que puedan validar tanto la solución como el modelo de negocios.

Por lo tanto, las organizaciones deben entender cómo y dónde les afecta este cambio (en su modelo de negocios, su capacidad productiva, su proceso comercial, sus prácticas organizacionales, etc.), para desde ahí buscar posibles soluciones que estén alineadas con el propósito y visión de futuro de la organización, y por tanto en su estrategia para lograrlo.

Por otro lado, buscar soluciones sin entender bien dónde y cómo el ajuste de las 40 hrs semanales afecta, probablemente serán soluciones intermedias (o “soluciones parches”) que tarde o temprano tendrán que ajustarse, lo que se traduce en mayor costo y tiempo de solución.

A modo de conclusión, el proyecto de 40 hrs semanales de jornada laboral si o si desafía a que las organizaciones innoven en su forma de desarrollar su gestión, debiendo realizar ajustes que permitan cumplir con la normativa, pero siendo más productivos para realizar sus negocios y así seguir aportando valor a sus clientes y entorno.